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Revista Servicio 271

Editorial

Familia, una buena noticia

Hemos iniciado el camino de un nuevo año, animados por la alegría del Niño Jesús que nos invita a reflexionar, desde la pedagogía divina de Belén, acerca de las lecciones que nos aportan los tiempos vividos y también en torno a las esperanzas que asoman. En estos días de Navidad hemos escrito palabras de afecto y hemos saludado con afecto y cordialidad a tantas personas que queremos y respetamos. Los buenos deseos han brotado en forma espontánea desde el fondo de nuestro ser.

Por otra parte, el país ha asistido a un tiempo de decisiones y ha concluido el proceso de renovación de las autoridades del país con la elección de un nuevo gobierno y de gran parte del parlamento. En el debate previo a la segunda vuelta electoral presidencial, no exento del nerviosismo que por momentos encendió los ánimos más de lo esperado, tuvimos la oportunidad de asistir a un diálogo profundo acerca de los valores éticos y del genuino aporte de la religión en la construcción de la sociedad. De un simple diálogo de campaña, el tema del humanismo cristiano se fue convirtiendo en un argumento de reflexión, no siempre a la altura, donde el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal quiso aportar una palabra, en su declaración “Una democracia con valores”, que esta edición reproduce. Sentimos que nuestra misión nos llama a estar atentos frente a los signos de los tiempos. Nos cupo un lugar importante en el Chile de ayer. Nos cabe también hoy, en una época de cambio cultural en que Chile se mira a sí mismo en el horizonte de su Bicentenario.

Desde aquel repertorio de valores que constituye el “alma de Chile” y que la Iglesia se anima a recordar en este momento de la historia, nuestra Conferencia Episcopal ha querido poner un especial énfasis en el Matrimonio y la Familia, dedicándoles una Carta Pastoral que aquí se resume y comenta. Hemos querido, en esta Carta, formular una invitación entusiasta a crecer en el amor, en la entrega y en la fidelidad en medio de las circunstancias cambiantes de la vida, precisamente porque queremos apoyar decididamente todo lo que ayude al matrimonio y la familia. Es nuestra intención que este documento se lea y se reflexione durante el año que se inicia en las parroquias, movimientos y comunidades; que lo conozcan los novios en su camino al altar, lo mismo que los matrimonios que participan en la catequesis familiar.

Los testimonios de familias chilenas que presentamos en esta edición son elocuentes. El tiempo de Navidad, las fiestas de fin de año y las vacaciones también nos lo demuestran: los chilenos sentimos un inmenso aprecio por nuestras familias. En las celebraciones, en el recuerdo, en los momentos de dolor, el núcleo familiar es refugio fraterno y alimento espiritual. La Iglesia, que en su esencia es como una familia, lo sabe y lo valora. Encomendamos a la Sagrada Familia de Nazaret este deseo que brota de nuestro amor por Chile: la familia debe seguir siendo uno de los cimientos éticos de este país que crece y que cambia.

Presentamos esta edición de Servicio con la oración de la Liturgia de las Horas en la Fiesta de la Sagrada Familia: “Dios nuestro, que has querido darnos en la Sagrada Familia ejemplos preclaros de virtudes domésticas, concédenos saber imitar su vida y su amor recíproco, para que un día podamos ir a disfrutar con ella de la alegría eterna de tu morada”.

Cristián Contreras Villarroel
Obispo Auxiliar y Vicario General de Santiago
Secretario General de la CECH