Entre estas efemérides, la Comisión Nacional de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal, ha querido que los miembros de la Iglesia católica en el país, se fijen en un tema que parece olvidado, pero que está presente en la convivencia nacional: el ecumenismo.
Parece olvidado porque, por diversas razones, en algunas comunidades cristianas locales no existe una persona que coordine la acción ecuméni- ca, muchas han intentado un diálogo con otras comunidades pero se han encontrado con la indiferencia, la desconfianza y hasta el abierto rechazo de los posibles interlocutores. Y entre sus propios fieles, algunos pastores encuentran personas que consideran inútil intentar acercarse a cristianos de otras confesiones.
Sin embargo, el ecumenismo está silenciosamente presente. Un ejemplo de esto es cuando personas cristianas hacen algo por los demás, sin con- sultar si el otro es de su misma confesión. Se hace presente también cuan- do en una familia se comienza a preparar una persona para un sacramento y se descubre que en el entorno afectivo o familiar cercano hay personas de otra denominación cristiana, que “no puede ser padrino (o madrina)”... o “parece que no puede casarse por la Iglesia”.
En este número de la revista Servicio no pretendemos dar recetas rápidas. Queremos invitar a reconocer que hay caminos recorridos, especialmente después del Concilio Vaticano II, y que siguen presentándose problemas nuevos que repercuten en nuestra convivencia. Queremos, sobre todo, ayudar a tomar conciencia de que el vivir en una sociedad religiosamente plural nos exige ser personas y comunidades abiertas y acogedoras como Jesús.
+ Fernando Ramos P.
Secretario General Conferencia Episcopal de Chile